Nuestros Jardines Eternos son muy fáciles de cuidar y no son delicados. De hecho, requieren mucho menos cuidado que una planta de interior estándar. Solo necesitan luz no directa, agua pocas veces al año y un poco de atención de vez en cuando :).
A continuación, rompemos varios mitos y te compartimos consejos sencillos para que su cura y mantenimiento sea un gozo.
¡Deseamos que disfrutes de tu Jardín Eterno! Y si tienes alguna duda o consulta que no hayamos resuelto en las siguientes líneas, escríbenos a hola@musgo.art y te responderemos encantados en el menor tiempo posible.
Un Jardín Eterno es un pequeño “invernadero” en el que recreamos las condiciones de un ambiente tropical, es decir humedad alta y temperatura alta constante. En él conviven elementos vegetales, minerales y microorganismos creando un ecosistema cerrado que recrea un ciclo natural que se autoabastece a si mismo... por lo tanto, a ti solamente te toca disfrutarlo :)
Recomendamos prestar más atención al Jardín Eterno durante las primeras semanas para que te familiarices y reconozcas cuando está feliz y cuando necesita un poco de mimo.
Las plantas del Jardín Eterno necesitan luz para hacer la fotosíntesis. Lo hemos de colocar cerca de una una fuente de luz natural pero nunca con luz del sol directa. En otras palabras, siempre luz indirecta.
Idealmente, y como en cualquier planta, le damos media vuelta al Jardín Eterno cada semana y así todas las partes de la composición reciben la misma cantidad de luz y crecen uniformemente.
Pincha en la siguiente imagen para ver el vídeo sobre dónde colocar tu Jardín Eterno:
¿Por qué es tan importante que el jardín eterno no reciba luz directa?
Lo respondemos con otra pregunta. ¿Alguna vez, paseando por el bosque, has visto musgo creciendo en el sol?
Correcto, nunca, ya que el musgo detesta la luz directa. Le gusta la sombra y la humedad.
Además, el cristal hace efecto lupa y el efecto negativo se multiplica.
Entonces… ¿qué pasará si el jardín eterno recibe luz directa?
El musgo amarilleará y ya no hay vuelta atrás. Se habrá de remplazar todo el musgo si lo quieres verde otra vez.
Conclusión: no expongas el jardín eterno a luz directa del sol. Siempre indirecta.
Las plantas del Jardín Eterno necesitan aclimatarse a su nueva ubicación y en alguna ocasión pueden tener síntomas de estrés provocado por cambios de luz y humedad.
Algunas hojas pueden caer o volverse amarillas. Pincha en la siguiente imagen para ver el vídeo sobre cómo retirar las hojas caídas:
Quizás puede aparecer moho en alguna parte. Si esto ocurre, es importante retirar el moho y las hojas amarillas o caídas cuanto antes mejor.
El estrés de la planta desaparecerá y seguirá creciendo con normalidad.
Regaremos el Jardín Eterno cuando se den alguno de estos 3 escenarios:
¿Cómo comprobar que la tierra está "tirando a seca"?
Si tienes un Jardín Eterno Púbol (recipiente ovalado con apertura central), pincha en la siguiente imagen para ver cómo regarlo:
Pasos para regarlo:
La condensación es necesaria para que el ciclo de riego suceda naturalmente. El calor evapora el agua, el agua se condensa y vuelve a caer a la tierra y riega las plantas, creando un ciclo cerrado de hidratación.
Si hay mucha condensación y es difícil ver las plantas, significará que el Jardín Eterno está recibiendo mucho calor. Además, la condensación le resta estética, ya que no se ve bien la composición. En estos casos recomendamos abrir la tapa durante 24h. Si resulta que al cabo de unos días la condensación es muy baja y la tierra de alrededor de la planta principal está tirando a seca, riega tal y como hemo explicado en el punto anterior.
El Jardín Eterno vive correctamente entre 15 y 30 grados centígrados. Es decir, no le gusta el frio, pero tampoco tostarse. Y no es nada nuevo, ¡se comporta como toda planta de interior!
Si la temperatura es más alta, recomendamos destapar el Jardín Eterno 24h y al cabo de unos días comprobar si necesita riego (explicado en el punto 4). Hemos de tener en cuenta que las plantas que hay dentro son de tipo tropical y están acostumbradas a la humedad.
Recomendamos podar las hojas cuando empiezan a tocar el cristal. Para hacerlo, corta la rama por debajo las hojas y deja el Jardín Eterno abierto durante 24h horas en un lugar no húmedo para que las ramas cicatricen rápidamente y sigan creciendo.
Comprueba al cabo de unos días si necesita riego (explicado en el punto 4).
Esto puede ser debido a un exceso de agua o debido a falta de agua.
Si el suelo al pie de las plantas parece fangoso o muy húmedo, es porque el riego es demasiado frecuente. Te aconsejamos dejar abierto el Jardín Eterno hasta que el exceso de agua haya disminuido.
En caso que el suelo esté seco, hidrata la tierra y los musgos rociándolos ligeramente desde arriba con agua filtrada o mineral.
Cuando el Jardín Eterno está lleno de humedad, las hojas pueden volverse marrones. Esto significa que hay hongo. Quita las hojas afectadas y deja el terrario abierto hasta que la humedad se haya evaporado.
También puede aparecer amarillo cuando hay falta de luz. En este caso, mueve el Jardín Eterno y sitúalo cerca de una fuente de luz indirecta (explicado en el punto 2).
Durante las primeras semanas puede aparecer moho algodonoso blanco o gris. Esto suele suceder cuando el jardín eterno aún no está aclimatado. En este caso, extrae las partes afectadas con un paño limpio, extrae las hojas con moho y déjalo abierto durante 48 horas.
La luz es un inhibidor natural del crecimiento de moho. Asegúrate de que recibe la cantidad necesaria de luz natural. Una fuente de calor cercana (calefacciones, focos, etc) puede provocar el desarrollo de moho y la caída de las hojas. Asegúrate de que no se da esta situación.
Pueden entrar pequeños insectos en el Jardín Eterno; es natural ya que es un ecosistema vivo. Si son lombrices de tierra en el sustrato o pequeños mosquitos, puedes dejarlos co-habitar en tu terrario, esto no afectará el desarrollo adecuado de tus plantas.
Por otro lado, si son babosas o caracoles, tendrás que quitarlos para que no se coman las hojas de tus plantas.
En caso de que aparezcan pequeños insectos blanquecinos (sobre o debajo de las hojas), significa que hay pulgón. En este caso, recomendamos ir a un centro de jardinería con fotografías del pulgón para que te recomienden el producto adecuado (no es grave si se pone remedio a tiempo).
Escríbenos tu consulta/duda/pregunta a hola@musgo.art y te responderemos encantadxs.